26 de mayo de 2016

Discusiones de pareja

La semana pasada paseaba por el Parque del Francolí cuando de repente empecé a escuchar ese canto nervioso y acelerado típico de los verdecillos. De eso se trataba, era una pareja de verdecillos, que volaban de un lado para otro sin parar y emitiendo constantemente su sonido como si algún excitante se hubieran tomado.
Ante tal situación me quedé un momento observando a ver cuales eran sus movimientos y pasados unos minutos obtuve mi recompensa. Pude fotografiar a esta pareja de verdecillos que andaban persiguiéndose que en un instante se pararon en el suelo y se desencadenó lo que parecía una buena bronca.
Pude ver como la hembra se movía de un lado para otro agitando las alas  delante del macho, a lo que este respondía bien plantado y erguido. Todo ello sin cesar de emitir su característico sonido.


Desconozco los motivos de la discusión (sólo ellos lo saben) pero me pareció una situación curiosa y divertida, digna de compartir en este blog.
El verdecillo macho es el que tiene el pecho verdoso-amarillento que en épocas de primavera suele ser más intenso. En cambio, la hembra también posee esos colores pero no son tan destacados como los del macho. En una futura entrada ya hablaré de ellos con más detenimiento.
Una vez acabada la discusión se fueron, se posaron en un árbol cercano y allí permanecieron tranquilamente como si nada hubiera pasado. No puedo decir si tuvieron una buena reconciliación o no, los detalles se los dejaremos para su intimidad.

*La calma después de la tormenta. Tranquilamente posados en el árbol.

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