25 de junio de 2017

Zorzal Charlo (Turdus Viscivorus)

Anteriormente hablábamos sobre un nido de un zorzal charlo que encontré. Hoy pasaré a explicar más características sobre esta ave.
Es un pájaro perteneciente al orden de los passeriformes y forma parte de la familia de los túrdidos (Turdidae). Esta familia está compuesta por los que comúnmente llamamos mirlos, zorzales o tordos.
El zorzal charlo es uno de los zorzales más grandes y que está ampliamente distribuido en nuestro país, excepto en las zonas con poca vegetación. En el resto del mundo se encuentra por toda Europa, la mitad de Asia occidental y la parte de África bañada por el Mediterráneo.
Le gustan todo tipo de bosques, siempre y cuando sean abiertos y extensos, setos, viejos huertos y parques en los que se muestra más confiado.


Este zorzal es más corpulento que el común, alargado y se le ve más erguido cuando se encuentra posado sobre algún sitio. Las partes dorsales son de color pardo grisáceo y las partes inferiores blanquecinas, moteadas desde la garganta hasta el vientre. A los lados del pecho tiene una mancha gris oscura. En la cara presenta manchas irregulares de color gris, blanco y negro. En vuelo se le pueden observar las puntas blancas en los ángulos de su cola.  Su pico es de color gris oscuro y sus patas de color marrón amarillento. Ambos sexos tienen el mismo plumaje. Los juveniles aparecen moteados de color marrón, ocre y blanco.
Su longitud puede llegar hasta los 29 centímetros y su envergadura hasta los 47 centímetros. Su peso ronda los 100 - 125 gramos.
Tiene un canto parecido al del mirlo pero más rápido y repetitivo, con el que defiende su territorio.


El zorzal charlo pasa la mayor parte del tiempo en el suelo, buscando alimento. Es un ave omnívora. Se alimenta a base de invertebrados como son los insectos, larvas, gusanos, caracoles y arañas. A su dieta incorpora materia vegetal alimentándose de frutos y bayas. Muchas veces lo podemos ver comer caracoles, los cuales golpea contra el suelo o una piedra pequeña para romper la concha. En el invierno sacia su apetito comiendo lo que le da su nombre científico, el muérdago (Viscum album).
Este pájaro es poco sociable, esquiva y que se da pronto a la fuga, lo que hace difícil su observación.
En cuanto a la reproducción, la temporada de cría comienza en febrero. Construyen el nido en una horquilla de una rama grande de un árbol. La puesta de los huevos se realiza en el mes de abril y consta de 3 a 5 huevos, de color azulado o verdoso, que la hembra incuba durante 15 días. En ocasiones realizan una segunda puesta y hasta una tercera en el mismo año. Durante 15 días más los pollos serán alimentados por los padres hasta que abandonen el nido.
Si no la habéis visto, podéis visitar esta entrada en la que hablo del nido de esta ave.



8 de junio de 2017

Pequeños inquilinos

Hace varios días, paseando por el parque del Francolí, en Tarragona pude localizar un nido de una pareja de zorzales charlos. Habían hecho su nido en un árbol, entre dos ramas fuertes que partían del tronco, a baja altura, lo cual me facilitó mucho la toma de algunas fotografías y video que compartiré a continuación. Ellos son característicos de este parque (junto a los mirlos), ya que te puedes encontrar con bastantes, algunos posados en los árboles y otros correteando por el césped en busca de comida.
Rara era la posición de este nido ya que suelen construirlo a gran altura. Principalmente es la hembra quien se encarga de la confección del mismo. Para ello usa diferentes materiales vegetales y de otro tipo como por ejemplo, papeles y plumas. Todo ello se encuentra reforzado con barro.
Y allí se encontraba ella, montando guardia en su nido e incubando los huevos. Únicamente abandonaba el nido unos momentos, quizá para alimentarse, por lo que el macho la sustituia alguna vez.


Pasada al menos una semana, desconozco cuantos días llevaba hecho el nido, ya pude observar las cabecitas de al menos tres pollitos, como se puede observar en el video anterior. Allí siempre estaba la madre, vigilante a cualquier movimiento, a cualquier cosa extraña. Cuando me acercaba no dejaba de mirame e incluso se colocaba sobre sus pequeñines para protegerlos. Por ello, no estuve mucho tiempo, ni me acerqué demasiado para no asustarlos ni molestarlos.
Como se ve a los pequeños disfrutando de un gran manjar, lombrices en este caso, que van recolectando. Más de una vez he visto a alguno meter el pico en tierra, tirar y sacar a una lombriz. Según pude observar macho y hembra se iban turnando, mientras uno estaba en el nido el otro salía a buscar más alimento.
En la próxima entrada hablaré más sobre el zorzal charlo. Si queréis ver más fotos sobre ellos, no dudéis en visitar la página de Facebook, Tarraco Natura.